Herencia árabe en nuestra vida diaria
La influencia árabe está muy presente en nuestras vidas 7 siglos después
Más de 7 siglos después los andaluces hemos avanzado mucho en cuanto a calidad de vida y desarrollo tecnológico, pero aún tenemos mucho en común con aquellos antepasados nuestros. Los usos y costumbres que realizamos en nuestra vida cotidiana son de origen árabe.
La Península ibérica fue una de las principales puertas de entrada de la civilización musulmana a Europa, ya que por Al-andalus transitaron la cultura, la ciencia y las costumbres árabes rumbo al resto del continente.
Durante su estancia, no solamente dejaron algunos de los monumentos más bonitos y visitados, sino toda una forma de entender la vida.
Los aportes culturales son innumerables y no hay rama del saber que no estudiaran.
Lo árabe, para muchos de nosotros creemos que se trata de una cultura extraña, que nos produce un rechazo injustificado quizás por la ignorancia de sus costumbres, y es que los árabes que hoy conocemos distan mucho de aquellos de entonces.
Para comenzar a desglosar algo de esa herencia habría que comentar que no ha habido pueblo más enamorado de la cultura y sabiduría que los habitantes de Al-andalus. Sólo en Córdoba, se contabilizaron más de trescientas bibliotecas bajo el mandato de Abderramán III.
Un 30% de los vocablos empleados a diario en la lengua castellana proviene del árabe. Como las palabras que comienzan por “al” ó “az”, así cuando decimos almuerzo, azulejo, acequia…estamos hablando árabe.
En la toponimia española hay gran cantidad de localidades que comienzan por Ben, Beni que significa (hijo de..) por el nombre del jefe árabe que se instaló en la localidad.
En Almería tenemos Benizalón, Benitagla, Benahadux…las localidades llamadas Alcudia (Elevación de terreno) como Alcudia de Monteagud, localidades llamadas Alhama que significa (baños termales) como Alhama de Almería, otras localidades denominadas Alcalá (la fortaleza) como Alcalá de Henares de Madrid.
Pero el legado árabe no sólo se ciñe al apartado de la lengua, nos legaron la medicina moderna (perfeccionaron las teorías de Hipócrates y Galeno) y partiendo de los conocimientos griegos, se diferenció entre viruela y sarampión. Se practicaban traqueotomías, operaciones de cataratas y tratamientos de fracturas entre otras lesiones. Descubrieron la circulación mayor y menor de la sangre en el cuerpo humano.
Los médicos gozaban de especial fama, así como los botánicos. Se crearon hospitales y farmacias. Se escribieron manuales de medicina, botánica y farmacología.
En astronomía más de 40% de los cuerpos celestes conocidos hasta entonces, los bautizaron los astrónomos cordobeses. Introdujeron el astrolabio hacia el año 600, con el que Colón consiguió llegar a América. Introdujeron tambien la cartografía y la topografía.
Nos legaron la técnica actual de fundición de metales, utilizando la técnica de la forjadura en paquete, soldando capas alternadas de acero duro y dulce obtenían un material muy elástico y resistente que hizo famosas las hojas de espada de Damasco y Toledo.
Los marinos musulmanes aprendieron de los chinos el arte de navegar con la brújula e introdujeron el timón de codaste en el siglo IX, y los armazones de madera que aún se usa en la construcción naval de bajura.
Recuperaron el uso de la filosofía y las ciencias políticas, los precursores fueron Averroes (Ibn Ruxd) y Maimónedes (Ibn Maymum).
Nos legaron el cálculo y el algebra moderno e introdujeron un sistema indú de numeración. Perfeccionaron la técnica china del papel e introdujeron la pólvora.
La educación era un bien precioso que se preocuparon en desarrollar creando escuelas de medicina, farmacología, poesía, astronomía, música, orfebrería…etc.
Los árabes fueron expertos en ingenios hidráulicos. El agua es un elemento esencial sin el cual no puede entenderse la cultura Islámica, por eso crearon sistemas de riego, como acequias, albercas, norias y un tribunal de aguas. Hoy existe todavía el de Valencia, que se reúne en una de las puertas de la catedral para resolver los conflictos que causa el reparto del agua de riego en toda la vega valenciana.
Crearon un servicio de correos en la época califal con palomas mensajeras y una extensa red de atalayas que mediante señales de humo y espejos se comunicaban entre sí.
Crearon el arado de vertedera que volteaba la tierra al mismo tiempo que se araba y le añadieron la reja para liberar el suelo de rastrojos y una cuchilla vertical para ahondar en el terreno, todo se manejaba con bueyes.
En cuanto a la agricultura, añadieron a los cultivos de secano básicos vid y olivo, los cereales, dejando los campos en barbecho uno ó dos años. Perfeccionaron la técnica de los injertos y para resguardar de los vientos los productos de la huerta, levantaban muros ó tapias.
Recuperaron la arquitectura civil de los romanos construyendo aljibes, alhóndigas, puentes, baños públicos, mezquitas…etc.
En cuanto a los baños públicos eran numerosos llegando a existir en Córdoba más de seiscientos. Introdujeron la técnica del alicatado y esmaltado de azulejos.
Los caballos andaluces son los tataranietos de los árabes. La doma del caballo la crearon también ellos.
Las casas eran de adobe, tapial y ladrillo. Pero lo curioso es que tenían un aseo provisto de alcantarillado, por eso nunca hubo un brote de peste en ciudad andalusí.
Las calles eran estrechas para combatir el calor y con adarves o calles sin salida.
Alrededor de la ciudad eran frecuentes las almunias ó fincas de recreo, con huertas y jardines. Así pues fueron quienes nos legaron la segunda vivienda para veranear.
Allí jugaban al ajedrez, juego que trajeron de India, escuchaban la música y el murmullo del agua. El naranjo era la planta ornamental por excelencia de los califas de Córdoba, se plantaban en patios, calles y jardines.
Fabricaron una vasija de barro para enfriar el agua “el botijo”.
Idearon una de las primeras neveras, excavaban pozos de 10 m. de profundidad y metían nieve de Sulayr (sierra nevada) que les duraba hasta julio y si el pozo era de 20 m. entonces duraba todo el año.
Los andalusíes demostraron ser unos grandes gastrónomos dejándonos la mayoría de los productos y platos de la actual cocina andaluza.
Usaban el aceite de oliva para cocinar y crearon nuevos hábitos alimenticios en el que las verduras eran imprescindibles, solas ó acompañadas de carnes, sopas y pescado.
Las ensaladas de lechuga y plantas silvestres se aderezaban con aceite de oliva y se acompañaban con aceitunas maceradas en salmuera, con hierbas aromáticas tal y como se hace hoy.
Las legumbres, garbanzos, lentejas y judías eran bastante consumidas y para corregir las ventosidades usaban tomillo, orégano ó comino. Las judías en árabe “al-lubiya” nombre original que se conserva todavía en el País vasco.
Había fruta durante todo el año. La fruta más consumida era la sandía de Persia, el melón de Egipto y la granada de Siria, que se convertiría en el símbolo por excelencia de la España musulmana.
Trajeron de otros lugares el membrillo y el albaricoque y los aclimataron. Desde la India trajeron la berenjena, las alcachofas y espinacas, el higo de Constantinopla, los espárragos, el limón y la naranja.
Las especies eran muy utilizadas, introdujeron la canela de china, el zafrán de Persia y el comino, la nuez moscada, el anís, el clavo…. Junto con hierbas como el cilantro, perejil, hierbabuena, espliego, albahaca, tomillo…etc.
Trajeron la caña de azúcar, haciendo combinaciones con frutas en forma de jaleas, mermeladas y refrescos.
Con el trigo molido preparaban fideos, ponían la masa en un colador y presionaban hasta que se formaban los fideos por los agujeros y los dejaban secar al sol.
Otro producto era los macarrones “atriyya” de la que deriva “aletría”, palabra con la que en Murcia llaman todavía hoy a los macarrones. Los gurullos son también de herencia árabe, al igual que las albóndigas “al bunduq”, los huevos fritos, las empanadas y el arroz con leche.
Por curioso que parezca en la Andalucía medieval ya se comía turrón y dulces artesanos que hoy todavía se elaboran, basándose en miel, almendras, piñones, hojaldre y mazapán, los llamaban “dulces blancos”.
Los buñuelos que tanto nos gustan también son árabes y eran los más consumidos al igual que el alfajor. El gazpacho, la sopa de ajo, la tortilla de verduras, los potajes, los alcanciles rellenos (alcachofas), la alboronía, el salmorejo, el remojón, el ajo blanco, la torta de aceite, los pestiños, las flores de sartén, las gachas, el empedrado, el escabeche…etc. El vino se tomaba con “nadl” que hoy llamamos tapas.
La cultura árabe está presente en nuestra vida familiar, cuando decimos ajuar, alhaja, alfiler ó cuando todavía las casas andaluzas son encaladas un año y otro por su dueño y se reparte en alcobas ó cámaras con el zaguan como entrada, coronadas por las azoteas y donde muchas amas de casa dicen aljofifar en vez de fregar, alfaca en vez de cuchillo, zafa ó jofaina, alcayata, alacena, mandil, jareta, alforza, azafate, alcohol, almohada, alfombra, almirez, jarra, alcuza, hornillo ó anafe, zahina ó gachas…etc. Y en su ventana ó alfeizar tienen flores como alhelies, jazminez, azucenas, albahacas, no nos damos cuenta pero todo es de herencia árabe.
Los árabes eran excelentes botánicos, conocían las propiedades de numerosas plantas como el aloe-vera, que utilizaban como cicatrizante, tónico estomacal y protector solar. La zábila ó paleta se utilizaban para la demarcación de lindes y caminos, los zabilones se usaban en albañilería para formar las techumbres de cuadras, pajares y escaleras. También se utilizaba como planta predictiva se tenía la creencia de que el año de zabilones era año de alcuzones (aceite).
La planta llamada algazul ó planta jabonera que luego se llamó barrilla, se quemaba y de su ceniza hacían jabón.
La adelfa ó baladre, se utilizaba como adorno de jardín y usaban sus ramas tiernas como insecticida para los cereales por su carácter venenoso. Por ello el pueblo ha acuñado la frase “es más malo que un baladre”. Usaban el latex de la hoja sobre las verrugas para que desaparecieran y también como contraveneno de picaduras de escorpión.
De la tapanera hervían su raíz para el dolor de muelas. La tuera introducida por los árabes es amarga y se utilizaba para sanar las úlceras gástricas.
De la albaida se recolectaban sus flores y hojas en los meses de mayo a junio y hervidas servían para lavado de heridas.
La retama se usaba como combustible ligero para las tahonas u hornos de pan, pues el pan sabía mejor.
En el siglo IX llega a Al-andalus el kurdo “Ziryab”, un músico de Bagdad que se instala en la corte y enseña el orden de los platos para servir la mesa tal y como hoy los conocemos: sopas y caldos, entremeses, pescado, carnes y postre. Introdujo también el uso de la cuchara y las copas en la mesa.
No terminaríamos de enumerar tantísimos aportes a nuestra cultura actual, pero estudios realizados afirman que estos fueron más del 75% de todos los descubrimientos científicos, culturales, tecnológicos, literarios y artísticos existentes.
Me gustaría desde esta revista dedicar unas palabras a los vascos, castellanos y catalanes que dicen despectivamente que “África comienza en Despeñaperros”, tachándonos a los andaluces de moros entre otras lindezas.
Sepan señores, que la historia de Andalucía no sólo es Al-andalus, la forman varias culturas como Tartesos, Indálica ó Romanos de donde salieron dos de los tres únicos emperadores no originarios de Roma (Adriano y Trajano) y el mejor preceptor de césares del imperio: Séneca.
Comentar que la catedral de Sevilla es actualmente la 3ª más grande del mundo, que la Giralda, el Generalife, la Alhambra, la Alcazaba Almeriense, la Mezquita de Córdoba, los Reales Alcázares, Medina Azahara y un largo etc. Son los monumentos que mayores visitas reciben en toda España. Me quieren decir ¿Qué tiene que envidiar un andaluz de los demás pueblos españoles?. Y recordar por si alguien no se acuerda que “sus” Reyes Católicos, murieron en Andalucía y ambos yacen enterrados en la catedral de Granada de origen andalusí y que no salieron de estas tierras en los últimos años de su vida, enamorados y fascinados ante la cultura más esplendorosa que nunca ha habido.
Noria de agua de origen árabe en el río Guadalquivir
Aljibe árabe todavía en uso en los campos de Carboneras. Colección: Decarrillo
Perfeccionaron el sistema de injertos
fueron los árabes quienes por primera vez lo introdujeron en la zona mediterránea (España) alrededor de 1150. Colección: Decarrillo
Mezquita almohade de Fiñana reconvertida en ermita de Santiago. Colección: Decarrillo
Alminar de la antigua mezquita de Velefique. Colección: Decarrillo
las poblaciones eran de calles estrechas llenas de recobecos con la finalidad de combatir el calor. Colección: Decarrillo
Averroes es considerado como uno de los grandes intelectuales de la Edad Media, además de una persona reconocida. Fue nombrado cadí de Sevilla, y sirvió para las cortes de Córdoba y Marruecos a lo largo de su vida
Balneario de Alhama de Almería. las primitivas termas romanas se ubicaban sobre el mismo nacimiento termal, al pie del Cerro Milano. Los árabes ya conocieron de las virtudes de sus aguas termales llamando a esta zona Alhama, fueron ellos los que desplazaron los baños unos 300 metros, hasta las actuales instalaciones. Colección: Decarrillo
Los árabes generalizadon el cultivo del olivo y el consumo de su aceite en la península. Colección: Decarrillo