El Corpus

Procesión del Corpus de 2014. Colección: Decarrillo

Niños vestidos con hábito de Santo Domingo y las niñas con el de monja en la procesión del Corpus de principios de los 60. La imagen está tomada en la puerta de la ermita del antiguo Covento. Colección: Juan Ignacio Jiménez

El Corpus que yo conocí...

Durante siglos el Corpus fue la fiesta más importante de la cristiandad y constituye un homenaje solemne a la Eucaristía.

La fiesta del Corpus Christi conmemora la institución de la Eucaristía. En este día celebrado hasta hace unos años en jueves y ahora en domingo, la iglesia invita a meditar a los creyentes sobre el misterio de la presencia del Señor, en el pan consagrado que se guarda en todas las comunidades cristianas. 

En Cantoria se celebraba una procesión que conmemoraba el día del Corpus. Con motivo de esta procesión, dos días antes se recogían ramas de taray, flores (adelfas, rosas...) arenilla de mármol que más tarde se coloreaba, cristales de espejo, piedrecitas de río…, con todo ello se formaban alfombras de colores con diversas imágenes (cruz, cáliz, paloma, rostro del Señor...). Se hacían arcos de flores y representaciones vivientes de pasajes bíblicos conocidos como los cinco misterios (su intención era didáctica, enseñar a la gente mediante una representación visual de diversas escenas de la Biblia)

Por todas las calles por las que pasaba la procesión se hacían altares donde ésta se paraba, creando verdaderas obras de arte efímero. También se engalanaban los balcones con cobertores y se sacaban las macetas a la puerta de la calle.

En 2014, después de más de dos décadas en que esta tradición se perdió, se volvió a retomar la elaboración de alfombras por parte de la Comisión de Festejos y el Centro Guadalinfo, pero esta vez con serrín tintado de diversos colores y formas.

A partir del 2009, el Santísimo procesiona entronizado en un tabernáculo, acompañado por los estandartes de las cofradías de Semana Santa del pueblo. 

Los vecinos de la calle Orán esperando a la procesión. Colección: Ana Guerrero Marín

Altar en la calle Tosquilla. Colección: María Fiñana

Arreglo de la calle Álamo con alfombras de hojas de tarays y serrín tintado. Colección: Ana Guerrero Marín

Calle Orán. Colección: Ana Guerrero Marín

Actual Calle Juan Carlos I en dirección al Paseo López Cuesta. Colección: Ana Guerrero Marín

Actual Calle Juan Carlos I, en dirección a la plaza de la Iglesia. Colección: Ana Guerrero Marín

Esperando a la procesión que en ese momento estaba en la calle Álamo. Las casas, por humildes que fueran, aportaban a la festividad sus mejores galas. Colección: Luisa Fiñana

Altar de la calle Romero a principios de los años 60. Los vecinos estaban esperando la llegada de la procesión, momento que se aprovechaban para retratar a los más pequeños en el decorado itinerario. Colección: Dori Pastor

La procesión del Corpus saliendo de la iglesia a mediados de los años 60. Colección: Julio Gea

Calle Orán. Colección: Ángela Rodríguez

En 2014 un grupo de vecinos intentó recuperar la tradición de decorar las calles para el corpus. Colección: Decarrillo

Altar en la calle Orán. El párroco es don Francisco Serrano y el porteador del estandarte de la Adoración Nocturna, Pedro Gea el Viejo. Colección: Luisa Fiñana

Los 5 Misterios Gozosos del Santo Rosario en la calle Álamo

Representan a la Encarnación, Visitación, Nacimiento, Presentación, Pérdida y Hallazgo. Colección de Imágenes: Ana Guerrero Marín, Mati Berbel Carreño y Ana María López Peregrín.

Primer Misterio Gozoso. La Encarnación del Hijo de Dios

«Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; el nombre de la virgen era María» 

Segundo Misterio. Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel

«En aquellos días María se puso en camino y fue aprisa a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.  Y sucedió que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando a voz en grito, dijo: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno"» 

Tercer Misterio. Nacimiento del Hijo de Dios en el Portal de Belén

«Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento» 

Cuarto Misterio. La Presentación de Jesús en el Templo

«Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le dio el nombre de Jesús, como lo había llamado el ángel antes de ser concebido en el seno. Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor» 

Quinto Misterio. Pérdida y Hallazgo

«Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres... 

Y sucedió que al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas»