Las celebraciones de San Ildefonso en Almanzora, el 23 de enero, duran dos días y cabe destacar la Diana de las ocho de la mañana y, lo que venía siendo el recorrido de una banda de música por todas las calles de la aldea anunciando la festividad, se ha convertido hoy en un multitudinario desfile de ciudadanos, tanto de Almanzora como de otros muchos lugares, dispuestos a pasar una divertida mañana llena de sorpresas gastronómicas y carnavalescas. 

El cambio empezó hará unos veinte años, cuando a los pocos acompañantes que llevaba la banda de música se les ocurrió ir repartiendo dulces de Navidad y anís a los que salían al encuentro. Al año siguiente, una furgoneta con cajones de habas acompañaba a la comitiva, a la que los vecinos se agregaban y añadían embutidos de sus matanzas y botellas de vino del país. La Diana empezó a hacerse multitudinaria y a tener un color especial. Al tercer año aparecieron las primeras “mesas”, colocadas en las puertas de algunas casas donde los vecinos colocaban chocolate con tortas, buñuelos y rosas (palomitas de maíz). 

Las mesas han ido en aumento, ofreciendo la degustación de embutidos, quesos, churros y cualquier otra delicia gastronómica. Y así hasta que, desde hace unos seis años, la imaginación de los vecinos de Almanzora se agudiza disfrazándose de personajes famosos o de algún tema de rabiosa actualidad, que crean la espectación, el asombro y la diversión de la mañana de San Ildefonso.