Terrible desgracia en los Moros y Cristianos

Enero de 2012. Terrible desgracia en los Moros y Cristianos en el día de San Antón

Horrible desgracia en Cantoria en el dia de San Antón, cuando se representaban los Moros y Cristianos en el cerro de las Heras donde se desplegó un importante arsenal pirotécnico.

Mientras que los jefes de ambos bandos hacían caracolear sus escuálidas cabalgaduras en las faldas del monte, mandando descargar las baterías, cuatro individuos caían heridos por la explisión de varios cartuchos de dinamita.

Andrés Belver Sánchez y Vicente García Reche se encargaban de disparar los cartuchos de dinamita, uno de los cuales estalló antes de tiempo, hiriendo a los citados sujetos, así como a Juan Cintas y Joaquín Fernández, que se hallaban en el lugar del combate, cerca de los primeros.

Andrés quedó en estado gravísimo, padeciendo una sesión en el antebrazo derecho con pérdida de la mano; otra lesión en la parte izquierda de la cara, y lesión de ambas córneas con la consiguiente pérdida de la visión.

Vicente resultó con una herida ancha en el muslo derecho, otra en el antebrazo izquierdo, varias erosiones en la cara y otras en la mano izquierda.

Juan y Joaquín padecieron diveras heridas de gravedad que no trascendieron. 

Todos los heridos se trasladaron a sus domicilios.

El corresponsal que cubrió la noticia deja claro su postura con respecto a esta fiesta, con costumbres bárbaras e irracionales, que la consideraba "nada culta e impropia de pueblos de la importancia de este, que deben de ir a la cabeza del progreso" quedando claro que este artículo es una provocación para que sus vecinos reaccionen y moderen estas tradiciones tan bárbaras, que ofrecen estos espectáculos tan horrorosos, a costa de las enemistades que le iban a acarrear a partir de ese momento, e incitando a las autoridades competentes, que de seguir así, prohíban la fiesta.

Comienza narrando la procesión llamada del Rosario, en la que son paseadas por medio de grandes hogueras las imágenes  sagradas de lo patronos, mientras que las mujeres, desde las ventanas y alambradas, excitan con palabras soeces y grandes desverguenzas a los carretilleros para que estos las obsequien con un número considerable de morunos proyectiles (carretillas).

Los odios políticos y particulares se desbordan como un torrente la noche en que la procesión se celebra. Ese año hubo que lamentar pocas desgarcias la noche de las carretillas, sólo dos quemados y uno agredido cobardemente por la espalda, recibiendo un terrible garrotazo que le hizo caer al suelo sin sentido, con una herida en la cabeza.

Al día siguiente se celebraron con gran pompa los Moros y Cristianos, que no se suspendieron después de los hechos narrados al principio, sin respetar las lágrimas de las madres de los heridos, ni a pesar de los difíciles momentos que estaba atravesando la nación.

Para finalizar, elogia los oficios religiosos del párroco Luis Aliaga Navarro, desde los cuales llama a la moderación en los actos de estas fiestas, para que resulten dignas de los patronos y no diesen lugar a escenas desagradables. También la labor de los médicos y farmaceuticos que atendieron a los heridos, haciendo su labor con gran profesionalidad

La Independencia : diario de noticias: Año V Número 1241 - 1912 enero 20 

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