Imágenes de la Emigración

Sastrería de Félix Peregrín en el barrio de Avellaneda, en Buenos Aires (Argentina). Cuando llegó, empezó a trabajar en una sastrería como oficial, oficio que sabía de sobra ya que aprendió en Cantoria con Antonio López el Sastre, que iba por los pueblos con las burras cargadas de género. Poco tiempo después montó su propio negocio que mantuvo hasta su vuelta a Cantoria. Colección: Elsa Peregrín

La familia de los Genovevos, emigrantes en Francia durante 12 años. El padre de familia trabajó en la construcción hasta que decidieron volver a Cantoria. Esta decisión vino motivada porque tenían varias hijas jóvenes y no quería que se echaran novio allí, porque eso suponía echar raíces en ese país. Colección: Diego Gómez

La fila de atrás: Elisa, Maruja de la Lorenza, Filomena del Parra, Lázaro López, Lorenza, Anita de la Lorenza, Fulgencio de la Elisa, la María del Agustín, y Ana María la Pía. Los tres niños de la primera son el Julio el Parra, Manolo Díaz y Juan Luis Díaz de la Lorenza. Se tomó con la intención de que Salvador López y su hijo vieran en qué se estaba gastando su madre (Elisa) el dinero que ellos estaban enviando desde el Brasil. Creo que es insuperable el comentario que escribió Elisa en el reverso de la foto: “Haqui van otra recua, estamos retratados deatras de la granja, pero, como lo que llo quería que vierais es la granja y es lo que menos a salido, en otra carta os mando otra por si esta lleva mucho peso. Os quiere buestra Elisa”. Colección: Lázaro López Cazorla

Segunda imagen que Elisa envío a su marido Salvador, emigrante en Brasil, para que viera la amplitud de la granja. Colección: Lázaro López Cazorla

La familia de Julio el Viejo reunida en la era de Balazote a petición de Ángel Camacho (de negro, en la última fila) a mediados de los años 50, para tener un recuerdo de toda la familia antes de emigrar. Colección: María Gea

Baltasar García emigró a Alemania a principios de los años 60 dejando en Cantoria a su mujer e hijo. Trabajó en una industria esmaltando metales y, en sus ratos libres, hacía otros trabajillos, como podemos ver en esta imagen plantando patatas en una finca privada. Una de las opciones de los emigrantes era dejarse a la familia en Cantoria, estar unos años para ahorrar un dinero para construirse su casa y vivir con cierto desahogo. A su vuelta, se enganchaban en algunas fábricas de mármol o bien en la construcción. Colección: familia García Carrillo