Almanzora y la Casa de Benavente

Por Lázaro López Cazorla

Palacio de Jabalquinto en Baeza

Tiene su origen en el regalo que los Reyes Católicos le hicieran a D. Juan de Benavides, por su colaboración en la conquista de los territorios del Valle del Almanzora en 1488.

Don Juan de Benavides, señor de las villas de Jabalquinto, Estibiel, Espeluy y la Ventosilla, sirvió a Don Enrique IV y fue nombrado por Los Reyes Católicos Capitán General de la frontera castellana y de la Ciudad de Lorca. En función de su cargo participó activamente en la conquista de las zonas del Almanzora, teniéndose noticias de que el 2 de Junio de 1483 hiciera incursiones en tierra de moros y conquistara la ciudad de Overa. El 9 de Julio de 1.488 las tropas cristianas, casi sin lucha, conquistan las ciudades de Cuevas y Vera, rindiéndose ante Juan de Benavides, enviado del Rey Fernando, y siendo el origen de la rendición en cadena de todos los pueblos del Almanzora.

Desde las capitulaciones de los pueblos del río, los Reyes Católicos nombran a Don Juan de Benavides Capitán del Almanzora y alcalde de la alcazaba de Purchena, siendo el encargado, por orden real, de facilitar los señoríos que en su zona de influencia se fueron constituyendo.

Entre los años 1492 y 1493, recibió órdenes de entregar al Duque de Medinaceli los lugares de Urracal y Olula de Fines, a Don Juan Chacón, adelantado de Murcia, las tierras de Oria, y a Don Diego Hurtado de Mendoza, primer Duque del Infantado y segundo Marqués de Santillana, las tierras de Cantoria y Pataloa.

Don Juan de Benavides, por sus méritos, recibió como recompensa ochocientas fanegas de tierra que él, gran conocedor de la zona tanto por su etapa como Capitán General de la frontera como por la de Capitán del Almanzora, elige los pagos de Almanzora y Almizaraques, los más fértiles del río. Esto le supuso un largo pleito con la casa ducal del Infantado que no reconocía esta tituralidad que se encontraba dentro de sus nuevos territorios. Los reyes resuelven a favor de D. Juan y se inicia así un señoría de casi trescientos años, hasta que el X marqués de los Vélez compra los territorios a finales del XVIII como veremos un poco más adelante.

Así, el señorío de Almanzora recae con todo derecho en Don Juan de Benavides por Real Decreto de 15 de Junio de 1493, entrando a formar parte del Señorío de Javalquinto, Almanzora, Estibiel, Espeluy y la Ventosilla, de los que Juan de Benavides era propietario.

Todo el señorío va siendo heredado por los hijos primogénitos y en 1617, Felipe III nombra Marqués de Jabalquinto al Señor propietario de aquella época, Don Manuel de Benavides, pasando Almanzora, por tanto, a formar parte de las propiedades de este marquesado.

En el año 1637 la heredera del marquesado, Doña Isabel de Benavides, Marquesa de Jabalquinto, se casa con el Conde de Benavente D. Antonio Alonso Pimentel de Quiñones, uniéndose ambos títulos y, en consecuencia, el señorío de Almanzora pasa a ser propiedad de la Casa de Benavente.

El señorío de Almanzora y de los Almizaraques debía de ser una espina para el marquesado de los Vélez ya que todos los territorios que lo rodeaban (Arboleas, Albox, Partaloa, Oria, Cantoria y Albanchez, entre otros) pertenecían al marquesado desde los primeros años del siglo XVI y ochocientas fanegas de tierra de regadío situadas en su zona central, las mejores del río, con grandes casas para los labriegos, con almazaras, etc. pertenecían a otro marquesado.

Fue el X Marqués de los Vélez, y debió de ser poco antes de su visita a la zona ya que en la visita recorría esos territorios con la alegría de un niño con zapatos nuevos, el que por fin se hiciera con la propiedad de Almanzora por compra a la entonces Condesa-Duquesa de Benavente, María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel y más por amistad que por su valor metálico, que poca falta le hacía el importe de la venta, ya que desde que murió su padre en 1763, y sus hermanos en edad infantil, quedó como única heredera de los títulos de la casa, sus mayorazgos y las inmensas propiedades a ellas vinculadas.