La Balsa del Fax

Por Antonio Berbel

La Balsa del Fax

¿Quién de los que vivimos aquellos oscuros, pero felices años (hasta el comienzo de la década de 1950) es capaz de olvidar los buenos momentos, vividos en torno a la popular balsa del fax o balsa de Cantoria como se le conocía por toda nuestra comarca?

En aquellos cálidos y secos veranos refrescábamos nuestros cuerpos en sus frescas, cristalinas y curativas aguas.

Aquel bocadillo consumido alrededor de la balsa y disfrutando de la placentera sombra que nos daba alguno de los maizales que se cultivaban en el pago del fax.

O las visitas que en más de una ocasión solíamos hacer a alguno de los frutales de aquellos pagos.

Aquellos cañaverales que formaban ambos cauces de nuestro río Almanzora, donde bajo su sombra y frescor se resguardaban familias enteras venidas de Albox (Almería) para pasar varios días instalando sus tiendas de campaña o chiringuitos siempre al amparo de estos frondosos cañizales.

Todas estas familias pertenecían a la clase social baja de los albojenses, y en su mayoría padecían de la tan popular enfermedad conocida como Tracoma o conjuntivitis.

Siempre se ha creído que las aguas de la balsa eran curativas por su alto nivel de hierro.

Supongo que tales placeres veraniegos en época de miseria, hambruna y pocos medios de transporte harían que la mayoría de los habitantes de Cantoria, Albox y otros pueblos limítrofes no conociesen ninguna de las playas más cercanas.

Siendo el baño en la balsa del fax el equivalente a unos días o un solo baño en Terreros, Garrucha o Águilas.

Para aquellos que pasaban grandes temporadas en los entornos de la balsa bajo sus improvisadas tiendas sería igual que para el actual veraneante de Benidorm, Marbella etc. Por tales circunstancias los que pasaban su época estival en la balsa del fax eran totalmente felices al desconocer otro tipo de veraneo ¡Lo que no se conoce, no se desea!.

Pero como la vida no da nada sin pedirnos algo, aquellos placeres tenían su propia tarifa. Para ese menester y a título de recaudador de bienes se puso al frente a un señor conocido como el Manco, este sobrenombre le venia por carecer de algunos dedos en una de sus manos.

El Manco se creo su propio reglamento estableciendo precios, horarios condiciones y demás requisitos para poder acceder al baño en la balsa del Fax.

Precio por persona y baño 0.25 céntimos de peseta, un real (Carezco de información con respecto a lo que los niños pagaban).

El horario era, para las Señoras de cinco a siete de la tarde, y el resto de horas para los hombres, estándole prohibido a estos el acercarse a menos de cien metros de la balsa durante el horario femenino, Siempre había el típico listillo o frescales que se camuflaba entre los maizales y el follajes de los alrededores de y que después saldría con los ojos llenos y las manos vacías.

No olvidemos que en esos tiempos, las Señoras se bañaban con largos vestidos que le cubrían desde el cuello hasta los tobillos.

Los servicios extras.

Este como buen recaudador cobraba como tarifa especial el alquiler de las calabazas salvavidas, el de las cadenas donde se sujetaban las personas que no sabían nadar, el uso de los improvisados vestuarios, y demás servicios que requiere tan peligrosa como digna profesión ¡Vigilante de playa!. En el caso al que hace mención este artículo lo denominaremos Vigilante de balsa, estas prestaciones se cobraban aparte añadiendo al precio normal un IVA creado por el Manco, Dependiendo en algunos casos la caridad del bañista.

Por tan benefactores como económicos servicios nuestro hombre se tiene ganado un espacio en nuestra revista PIEDRA YLLORA..

Espetacular estampa de la balsa del Fax donde se pueden apreciar los campos de maizales. Colección: Mari Carmen Fuentes

Un oasis en medio de los bancales del Fax, donde acudían los vecinos de media comarca a refrescarse. Colección: Mati Berbel

Antonio Lozano el Manco con su familia. Fue el alguacil que controlaba los baños en la balsa. Colección: Familia Lozano 

Un grupo de familiares en la balsa del Fax. Colección: Fina Carreras

Hombres y Mujeres tenían su horario para utilizar la balsa, que por recato no podían coincidir. Colección: Familia de los Genovevos

Grupo de amigos en la balsa. Colección: Antonio Carreño

Grupo de amigos en la balsa. Colección: Pedro M. Llamas

Grupo de bañistas en la balsa en los años 60. Colección: Francisco Carreño

Balsa del Fax en 2015. Cuando en los años 60 se construyeron los Pozos, estos cogían el agua del mismo acuífero que la balsa, dejando de brotar en la balsa. Colección: Diego Piñero