Soledad Gea Gea, mujer del procurador de los tribunales don José Rubí Fernández, tuvo tan mala suerte de que cuando movió un bastón-escopeta, ignorando que estaba cargada, al caer al suelo se disparó causándole la muerte en el acto.

Una noticia que conmocionó al pueblo por ser una mujer joven y madre de cinco hijos, contando el mayor con tan sólo 13 años.

El diario hace referencia del dolor que este despiste al dejar el arma en un lugar accesible ocasiónó a la familia, en especial a los pequeños que se vieron privados de su madre.

Carmen Cruz, una vecina de Macael que estaba realizando algunas compras en los comercios de Cantoria, cuando dos mujeres desconocidas le sustraen del bolsillo del mandil un monedero con cerca de 1000 pesetas. Al interponer la correspondiente denuncia, la guardia civil empieza a realizar las primeras perquisas, cuando descubren que las ladronas huyeron del pueblo dirección Fines. Salieron en su busca y consiguieron atraparlas al poco tiempo. Por suerte se pudo recuperar el dinero. Eran naturales de Málaga y Cartagena y se dedicaban al delicado arte de la floristería ambulante.