Cantoria. Origen del nombre de sus calles

Introducción

En el documento del Repartimiento de Pastos, firmado en 1814, se establece el orden de reparto por calles. Así nos encontramos nombres que transcribimos tal cual aparecen en el manuscrito, como la Iglesia, Barrichuelo, Álamo, Orán, Tosquilla, Era Grande, Romeros, Larga, San Juan, y otros núcleos del municipio que no contaban con nombre en sus calles como las Casicas, Rio Albanchez, Paletones, Peña Yllora, Torrobra, Hojilla, Terreros. Como vemos son perfectamente identificables hoy día, que, aunque hayan cambiado su denominación, perdura su uso entre los vecinos de esta villa.

Muchas veces la calle en la que uno vive o trabaja, si bien el nombre parece familiar, el origen o la razón del mismo puede resultar desconocido. En general, las denominaciones de las calles tratan no sólo de próceres, sino también de personajes que protagonizaron hechos históricos (Reyes Católicos), de vecinos ilustres (Eduardo Cortés, Juan Tijeras, Doctor Adolfo López o Juan López Cuesta) pero cuya biografía a veces ignoramos. También de batallas olvidadas en el tiempo, que ni siquiera en la escuela se mencionan (Orán). O Por la abundancia de algo, como álamos (Álamo y Alamicos), tosca (tosquilla). Igualmente cada nominación obedece a un contexto, vinculado la mayoría de las veces con el poder oficial de turno (calle Juan Carlos I, Plaza de la República, del Caudillo después y por último, de la Constitución; calle larga, por ser la de mayor distancia del municipio y que en la época de la dictadura se le cambió el nombre por la de Calvo Sotelo, y actualmente Alcalde Cristino María Sánchez), Nombres de santos católicos (Patronos como San Antón, San Cayetano o porque en ese lugar abundan personas con un mismo nombre y se decide añadirle el “San” delante, como San Juan, San José, San Francisco). Aunque en otros casos, las denominaciones obedecen a la tradición, uso y costumbre, es decir, a como la gente del lugar menciona un sitio con persistencia en el tiempo (calle Cuartel en la pedanía de Almanzora, donde estuvo un cuartel de la Guardia Civil desde la época del Marquesado de Almanzora hasta la guerra civil). O bien que ignoramos la denominación de la calle porque el nombre con el que se conoce, ha echado fuertes raíces, como el caso de Lope de Vega (Callejón de la Guardabujas, famoso por el bar que regentaba Isabel “la guardabujas”). El ensanche de Cantoria vino en dirección al Barrichuelo, siendo alcalde Don Cristino María Sánchez, en terrenos del antiguo cementerio, surgiendo la Avenida de España y en la parte superior, sobre el cerro Calvario, la calle Calvario, primera urbanización de viviendas de protección oficial construidas por el Estado en los años 80.

Especial mención merece que nos detengamos en el nombre de algunas de ellas, como son:

Callejero de Cantoria de finales del siglo XIX. donde podemos ver el cementerio en el solar que ocupa actualmente el colegio, y por debajo el Barrichuelo

Calle Orán

Más conocida como calle de los parrales por la gran cantidad de casas que tenían parrales en sus fachadas o en los patios de las viviendas de la calle Doctor Adolfo López (anteriormente calle Álamo). Era la última calle de la parte sur de la localidad, junto a las tierras de labor del Pago de Cantoria, hecho por el que en unos de sus extremos la recorre una acequia que da servicio a dicho pago. Desde el Paseo de López Cuesta hasta la Plaza del Convento se le conoce como el rulaor, por ser antiguamente una zona muy transitada por carruajes y caballerías.

Juan Fiñana, vecino del número 2, estuvo en la expedición del Conde de Montemar en 1732 para recuperar la Plaza de Orán (Argelia) para la Corona Española que, desde 1708 pertenecía al Imperio Otomano. A su vuelta sólo hablaba de sus hazañas en la guerra y de visita a las dos ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. El estado de euforia que este acontecimiento produjo en la moral del país, muchos municipios pusieron el nombre de Orán a alguna de sus calles, como pasó en Cantoria, pero en este caso ayudó el ímpetu de Juan. Como anécdota, las dos ramas familiares descendientes de Juan, tomaron el apodo de los melillas y los ceutas.

Calle Orán más conocida como calle de los parrales. Colección: Paqui Parra

Plazoleta López Miras

La Plazoleta López Miras , dedicada al párroco que terminó la iglesia en 1885 y que le fue la salud en ello (véase biografía de Leonardo López Miras). más conocida como “plazoleta del pipa”, fue hasta los años 70 una plaza cercada que realizaba las funciones de mercado de abastos diario. Uno de los puestos, el de Diego Uribe apodado el pipa, vendedor de pescado fresco y salazones, puesto de más antigüedad de la plaza hasta que alquiló la casa colindante a la misma (actualmente campo de petanca) para establecer el negocio. La familia Uribe es originaria de Huércal Overa. El apodo familiar, como son conocidos en ambas localidades, viene del suegro de Diego, que en la época de la República, viajó a Argentina a montar un negocio de pescado, gastando todos sus ahorros en la empresa. Cerca de las Costas de la Provincia de Buenos Aires, el barco zozobró y se hundió. Tuvieron la suerte de salvarse del naufragio pero claro, el cargamento se perdió. Como este hombre no sabía leer ni escribir, la única manera de comunicarse con su familia era pintando una pipa en la carta para que supiesen que seguía vivo.

Como anécdota, Diego cuando recibía el pescado de Garrucha o Águilas, pagaba al pregonero  para anunciar la mercancía –se hace saber, que acaba de llegar a cal pipa pescao fresco garruchero, boquerones, sardinas y jureles, traigan plato que no hay papel-.

Plazoleta López Miras. Colección: José A. Fernández Zapata

El Barrichuelo (c/ San José)

Era y es una calle pequeña y estrecha, separada del núcleo de Cantoria por unos 200 metros, de ahí su nombre de barrichuelo. Las casas eran todas bajeras a excepción de la de José Pedrosa (conocido como José el de la Paula) y la de Roque Granero. Fue en la década de los 60 cuando José el de la Paula impulsó y pagó la placa con el nuevo nombre de la calle, la de San José por la gran cantidad de vecinos que residían que se llamaban así, como el promotor, José Fernandez el peinaillo, José Granero del Roque, José Sarabia, Josefa Perpiñan la rusa, Josefina Pedrosa, etc.).

Calle San José, conocida antiguamente como el barrichuelo. Colección: María Férnandez

Calle Cardadores

Antigua calle García Boleño, comienza en el Parque de Andalucía (antigua Era Grande) y acaba en el Lavadero. Tradicionalmente era el lugar donde se concentraban los artesanos que se dedicaban a escardar la lana, trabajar el esparto para la fabricación de calzado (esparteñas y alpargatas principalmente). También era conocida como la calle de los gitanos.

Calle Cardadores. Colección: Decarrillo

Paseo López Cuesta

A principios de 1942, el alcalde el médico Juan López Cuesta propuso a los demás concejales de su corporación la necesidad y conveniencia de construir un camino que enlace a la población con la estación férrea, partiendo de la terminación de la calle llamada en ese momento de la Plaza, continuando en la misma dirección hasta dicha estación, con la amplitud necesaria para el tránsito de vehículos y peatones, pues aparte de la necesidad sentida de tan importante servicio, daría a la población un aspecto más brillante y digno de ella.

La corporación acuerda por unanimidad la propuesta y a la vez le da un voto de confianza al alcalde y le concede amplias facultades para que lleve a cabo la ejecución de las obras por los medios legales que estimen oportunos.

Estas obras estaban previstas que comenzaran en junio de ese mismo año, pero debido a los problemas surgidos a raíz de la negativa de los propietarios de las fincas afectadas a ceder una pequeña parte de las mismas (a pesar de que el resto se revalorizaría), se tuvo que llegar a la expropiación forzosa con todas las enemistades que trajo consigo, retrasando hasta finales de año el inicio de las obras.

Esta fue una gran obra para una mala época, viviendo los años más duros de la posguerra y con muy escasos recursos económicos.

Fue un proyecto esencial ya que Cantoria carecía de un lugar de esparcimiento, ya que estaba encerrada entre el rio Almanzora y la montaña, y las dos únicas salidas por carretera era, la del terrero, dirección Fines y la de Almería por la Cuesta de la Virgen. Ver biografía de Juan López Cuesta.

Paseo López Cuesta

Calle Juan Tijeras

Calle con una única salida, y es a la calle Orán. Construida sobre un antiguo huerto de Don Alejo y Doña Gloria en la década de los 80. Se le dio el nombre de Juan Tijeras por Juan Jiménez Tijeras, vecino de Cantoria, de afán emprendedor, autodidacta, innovador y empresario, gestionó el Cine-Teatro Saavedra durante muchos años. También tenía una Carpintería-Taller donde salieron cosas pequeñas como juguetes, utensilios de cocina, puertas, ventanas, cocinas, sillas. Proyectó, diseñó y montó muchas de las máquinas de las fábricas de esos años, como una aserradora que creó junto a Antonio Mata, única en esta comarca, además de casi toda la fontanería del pueblo cuando ya se explotaban los pozos (ver biografía). La corporación municipal presidida por Don Joaquín Balazote decidió dedicar esta calle a tan ilustre vecino.

Calle Juan Tijeras. Colección: Decarrillo

Calle Romero

Antiguamente calle Romeros, como consta en el documento de 1814 sobre el repartimiento de pastos. Hace pensar que en esa calle había muchos vecinos o miembros de una misma familia con el apellido Romero. En el libro de Repartimiento de Cantoria, cita en la relación de los pobladores llegados a Cantoria a dos repobladores llegados de Albadalejos (Murcia) con el apellido Romero, Juan y Diego.

Calle Romero, una de las arterias principales de Cantoria en los años 50. Colección: Juan Ignacio Jiménez

Calle Alamicos

Conocida actualmente como el Barrio, antiguamente el Barrio de “las Zorras”. Este sobrenombre atiende a dos razones principales, la primera, que al estar en las afueras del pueblo, eran frecuentes las incursiones de estos animales en busca de alguna presa en los corrales de las viviendas. Y la segunda, porque fue morada de dos famosas meretrices, la niña dormida y la picaera.

Asando pimientos en la calle Alamicos. Colección: Familia López

Parque Alfonso Lozano (Antiguo parque de Andalucía)

Edificado sobre el antiguo solar de la Era Grande, cuya propiedad era de Cecilio Padilla. Hubo un intento de edificar el lugar hasta que el ayuntamiento se hizo cargo siendo alcalde de Juan Gea, que construyó el citado parque que fue durante décadas lugar de recreo y reunión de los niños y mayores de Cantoria. La actual corporación municipal aprobó el cambio de nombre a Parque de Alfonso Lozano, que durante muchos años se encargó de su mantenimiento y que es la persona más longeva de Cantoria.

Alfonso Lozano en el parque que lleva su nombre. Colección: Decarrillo

Avenida España

Avenida construida en la etapa como alcalde de Don Cristino María Sánchez, sobre la carretera dirección Almería que contaba con unos 5 metros de ancho, en terrenos en su mayoría, de doña María Luisa Cisneros. Diputación mandó una máquina excavadora para desmontar parte del cerro calvario y convertir en solares ese terreno. La tierra del desmonte se utilizó para relleno de la parte derecha de la avenida. Los solares resultantes se pusieron a la venta por 10.000 pesetas.

Maruja Carreño al inicio de la Avda. España, donde hoy se encuentran los muros del colegio. De fondo podemos ver el Cortijo Cisneros, donde se encuentra el Instituto. Colección: Julio Rodríguez

Calle Álamo

Esta calle, la más señorial del pueblo, recibe el nombre de la alameda que bordeaba la acequia principal de la época árabe y que regaba hasta hace pocos años el pago de Cantoria. Esta acequia está en uso, soterrada en la mayor partes de su trayecto, estando el repartidor de agua en la esquina del chalet de Emilia Corral y Manolo Sánchez, al inicio del Paseo López Cuesta. Durante periodos breves de tiempo también se llamó calle de la Carrera y de Doctor Adolfo López Giménez.

La calle Álamo engalanada para la procesión del Corpus. Colección: José A. Fernández Zapata

Calle Tosquilla

En la época árabe y hasta 1700 en que no empezó a edificarse, era un pago que se llamaba CAXANAS, cuyo significado es tosquedad. El cultivo en este terreno era difícil, por lo que se utilizó para construir las eras de trilla. Fueron varias y llegaban hasta lo que hoy conocemos como el Parque de Alfonso Lozano (Antigua Era Grande).

La calle Tosquilla engalanada para la procesión del Corpus. En el centro, la niña Pilar Gambeta. Colección: Pilar Gambeta

Bibliografía

El convento de la Divina Infantita en el Rulaor, Final de la calle Orán. Colección: Lolina Linares