Telégrama a Franco de un Cantoriano para defender el Sáhara

Recorte de prensa donde se hace eco de tan particular propuesta. Colección: Piedra Yllora

Enrique R. Urrea con María Dolores Carreño y Juana Juárez en la presentación de la tercera revista Piedra Yllora. Colección: Decarrillo

Un Cantoriano de armas tomar

El 6 de noviembre de 1975, Marruecos lanzó la Marcha Verde para ocupar el Sáhara español. Durante la decadencia del gobierno franquista, el Frente Polisario había iniciado un movimiento de guerrillas. A España la ocupación ya le representaba un problema, por lo que, en agosto de 1973, apelando a “su compromiso con la autodeterminación del Sahara”, le transfiere a la Organización de la Naciones Unidas (ONU), la responsabilidad para celebrar bajo su auspicio, un referéndum para la autodeterminación del pueblo Saharaui; Marruecos, temeroso de los resultados, solicita el amparo de la Asamblea General de las Naciones Unidas para que no se celebre. La ONU, ante esta hipotética situación, consulta a la Corte Internacional de Justicia, la cual determina que el Sahara era un territorio independiente. La Corte reconoció que ni Mauritania, ni el Sultán de Marruecos tenían derechos de soberanía sobre el territorio del Sáhara Occidental.

La conclusión fue que se debía celebrar el referéndum de autodeterminación, para que pudiera formar su propio Gobierno y que el Sáhara Occidental quedara completamente desprovisto influencias colonialistas rigiéndose por un Gobierno propio. 

Esta resolución se la pasó por el forro el Departamento de Estado estadounidense que había autorizado un proyecto estratégico secreto de la CIA, financiado por Arabia Saudí para arrebatar la antigua provincia del Sahara a España. Esta región es un territorio vital, rico en fosfatos, hierro, petróleo y gas, que los Estados Unidos no estaban dispuestos a dejarlo en manos españolas ante el ocaso de Franco. Así, el plan consiste en invadir la zona mediante una marcha de aproximadamente trescientos mil marroquíes que se harían pasar por antiguos habitantes. La acción también es conocida como la Marcha Verde, y saltándose todas las resoluciones de la ONU. 

Ante esta situación, nuestro paisano Enrique Urrea, armado de un gran temperamento, no se le ocurrió otra cosa que mandar un telegrama a Franco para ofrecer su ayuda en el reclutamiento de un ejército improvisado que pararía los pies a ese rey "pintoresco". 

La respuesta fue simplemente un agradecimiento por parte de la Casa del Generalísimo a tan heróica proposición y nada más.