Los Riblancos, los Judas, los Tempranos, los Tardíos, son algunos de los motes transmitidos de generación en generación, impuestos como tradición a la gente de los pueblos. Generalmente se tratan de apodos adquiridos a consecuencia de las características físicas más peculiares, o bien labores profesionales que existen desde épocas inmemorables, situaciones de lo más curiosas y ocasionales pueden originar la imposición de uno de estos motes. En definitiva cualquier disculpa es válida para rememorar a nuestros antepasados e indagar en las tradiciones familiares.

Además es el procedimiento más antiguo que existe para distinguir a las personas, su uso está muy extendido en las zonas rurales, donde se hace hereditario que en muchos casos vienen a sustituir al nombre original, familias enteras que son conocidas por el apodo y que en varias ocasiones se desconoce la identificación personal. No es de extrañar que las personas mayores del pueblo pregunten a los jóvenes hoy: -“¿Y tú, hermoso/a, ¿De quién eres?”-

Sería interesante hacer un estudio acerca de los apodos del pueblo de Cantoria, porque es algo curioso y tal vez el poseedor de ese apodo, no sepa, ni de donde le sobreviene a su familia.  Para algunos puede ser un tema “delicado”, en cuanto que hay motes peyorativos, motes de animales, de oficios y otros que provienen de un defecto físico. También existen los que son deformaciones del mote original, como es el caso de Riblanco que proviene de Rey Blanco, o del Calores que viene de Carolina, que al ir circulando a través de los años ha perdido parte de sus letras ó lo han sintetizado.

Hemos confeccionado una lista de los más de doscientos que perduran en Cantoria, los apodos de toda la vida, los más antiguos para que en los sucesivos números de la revista contemos su historia.

Y ahora como ejemplo explicaremos la historia de algunos de ellos contada por sus propios familiares:

ANTISCAL, EL: En su origen se llamaba lentiscal, que hace referencia a una finca situada en la Sierra de los Filabres y a sus dueños se les conocía como los antiscales.

BIGOTES, EL: El padre de José y Antonio Molina, cuando se vino a vivir a Cantoria trabajaba en la Yesera, y como había muchos Antonios, para diferenciarlos, cómo era el único que tenía bigote le apodaron “Antonio el bigotes”.

BOLICHERA, LA: De origen argentino tenían un bar que le llamaban “el boliche”.

BOLLERO, EL: Cuando era joven Andrés Marín vendía bollos de aceite y bambas por las calles de Cantoria, que se los compraba a la Ramona “la Culoyeso” y voceaba para que acudiese la gente: -“El Bollero”-. Así que se quedó para siempre con Andrés el Bollero.

BORLAS, EL: El abuelo de Amparo García se juntó con una peña de amigos y uno de ellos se tiró un eructo. Todos los presentes preguntaron que quien había sido. Nadie contestó hasta que el abuelo dijo –“habrá sido el borlas”- y con borlas se quedó.

BULANAS, LOS: el bisabuelo de Adela Gea le gustaba mucho bailar y daba muchas vueltas (antes a las vueltas se les llamaba bulanas).

CALORES, EL: Proviene de la abuela de Antonio Gea Piñero que se llamaba Carolina, algunas veces la llamaban Carolina, otras Calorina y de ahí Calores.

CAÑAS, EL DE LAS: Rafael, padre de Magdalena “la peluquera”, se dedicaba a coger y vender cañas.

CARBONERO, EL: Llamado 1º Pospos, por su tartamudez, era el abuelo de Antonio Fiñana, que siendo niño estaba jugando con una pelota de trapo y se le cayó en la sartenera y al ir a cogerla se llenó de tizne y salió a la calle diciendo que iba hecho un “car-car-bonero”.

CARRETA, EL: Antonio, se ganaba la vida con una carreta y una burra vendiendo cargas de leña a 3 pesetas.

CASILLEROS, LOS: Este apodo proviene de Isabel Soler que era guardabarreras de la casilla del Ferrocarril en Tomacar.

COLORAO, EL: Según nos cuenta la familia que alguien regaló varios ovillos de lana de color rojo a la bisabuela Filomena y la mujer tejió un jersey rojo para cada uno de sus hijos. Un día se vistieron todos con su jersey nuevo y salieron a darse un paseo por el pueblo. Así que la gente cuando los vio venir decían ahí vienen los coloraos y con coloraos se quedaron.

CUCOS, LOS: Cuco significa listo, viene de el ingenio de una mujer pequeña y enjuta, Ginesa Sola, que sobrevivía inventando cualquier cosa, desde cobrar un peaje por derecho a pasar el río, vender cualquier cosa que recolectara ó tomase prestada, hasta presentarse delante del Obispo en una de las visitas que hizo al pueblo y conseguir que le pusiera una paga, pues le habían matado al marido en Argentina y no recibía pensión de viudedad.

ESPARTERILLOS, LOS: Viene del esparto, proviene de que la abuela y el padre de Isabel y Ana se dedicaban a coger esparto para vendérselo a Santos Agüera, que comerciaba con él. Como su padre entonces era un adolescente le decían José el esparterillo y al casarse con su mujer, esta heredó el apodo de su marido y por ello la llamaban “La tía Juana, la Esparterilla”.

GALANES, LOS: Esta familia hacían teatro y le decían Galán porque eran los protagonistas de la compañía.

GASPARA, LA: Al quedar huérfana Dolores (abuela de Matilde Berbel) de madre, su padre los abandonó y le hizo cargo de ella su tío Gaspar por esto le viene lo de Gaspara.

GUARDA, EL: Hace referencia a Pedro Antonio Fernández que era guarda de una finca.

JUDAS, LOS: Hace 4 generaciones, un  joven  que pretendía y le gustaba una muchacha, se encontró con que un amigo suyo se le había adelantado y él muy enfadado por ello,  le pegó al amigo una paliza y lo enterró hasta el cuello, la gente al conocer lo que había hecho, dijeron: eso no lo hace ni Judas, desde entonces los familiares han sido reconocidos por semejante apodo “Él o los judas”.

MELILLAS Y CEUTAS, LOS: Proviene de haber estado uno de sus antepasados en la guerra        de  Marruecos  y cuando vino al pueblo siempre estaba diciendo, -“cuando estuve en Ceuta, cuando estuve en Melilla”-, y a todas horas con la misma tabarra. Así que a una parte de su familia les pusieron los Melillas y a la otra los Ceutas.

MISERIAS, LOS: El bisabuelo de Juan Molina todo lo que recogía lo guardaba para sus hijos y no había forma de que ayudara a nadie y los demás le decían –“que miserias eres”-.

ORIA, EL.  Viene del origen de procedencia del abuelo, “El Tío Antonio el Oria”.

PAJARITA, EL: Gregorio Ramírez era un muchacho de muy buen ver y le gustaba ir siempre bien vestido. Cuando se casó llevaba una gran pajarita. Este señor murió en la guerra y el apodo pasó a su hermano y sobrinos.

PARRALES, LOS: Abuelo de Gervasio Ortiz que siempre tuvo y sus descendientes conservaron un hermoso parral en la puerta de su casa.

PELAO, EL: Persona que estaba absolutamente calva y sin pelos en las cejas.

PICOLA, EL: El ascendientes de Emilio Mirón estaba con una picolilla dando pequeños golpes en el portal y alguien que pasó le dijo –“mira que pesado el tío de la picolillla”-

REYBLANCO, EL: Al abuelo de Baltasar Fernández cuando era pequeño lo vistieron de blanco en las fiestas y una familia cuando lo vio le dijo a los padres: -“si parece un rey blanco”-. Este apodo ha derivado en Riblanco.

ROJO, EL: Viene del Padre y de la Abuela de Saturnino Jiménez que eran pelirrojos.

RUPERTAS, LAS: Según Pilar “la Ruperta” el apodo viene de su abuelo que se llamaba Ruperto.

TANGAI, LOS: Su origen proviene del nombre del bar que puso su padre, Pedro Antonio. Los clientes de este bar además de beber, tocaban la guitarra, cantaban y bailaban. La gente al pasar decía -“Hay que ver que Tangai tienen formado”-, y este fue el nombre que pusieron al bar.  Así que al dueño le llamaban Pedro Antonio “el Tangai” y los hijos lo heredaron.

TARDÍOS, LOS: El padre de Magdalena Martínez era el menor de los hermanos y los vecinos le decían a los padres, si era el más “tardiillo”.

TEMPRANO, EL: Proviene del abuelo de Pilar Miras, que vivía en la Hoya de Cantoria. El hombre se levantaba antes de al amanecer y para cuando los vecinos lo hacían, este ya estaba  en su huerto o tomando el fresco. Y comentaban entre ellos -“Hay que ver el tío Temprano este”-.  

TOSTONES, LOS: El abuelo de Diego Piñero se levantaba todos los días a las 5 de la mañana y tenía la costumbre de ponerse a esas horas a cantar muy fuerte y su mujer le regañaba diciendo que la gente todavía dormía y el contestaba que si estaba despierto el, los demás también estuvieran y la gente que le oía decía que valla tostón de tío.

VENTEROS, LOS: Los abuelos de la familia Cuellar tenían una venta frente al Cementerio en el Camino Real.

ZORIL, EL: Según nos cuenta Quinito, viene de su bisabuelo Antonio que vivía en Oraibique. Cuando hicieron la carretera le quitaron un buen trozo de sus tierras y los denunció. Los vecinos le decían que perdía el tiempo que no les iba a aganar. Y al final les ganó el juicio. Los mismos vecinos le dijeron –“sacas agua de una piedra”-