La masonería es una organización, en parte secreta, cuyos miembros profesan principios de fraternidad, se reconocen entre sí mediante signos y emblemas y se dividen en grupos denominados "logias".

Los orígenes de la masonería se pierden en el tiempo, los masones provienen de todas las ocupaciones y profesiones, pero siendo hombres de diferentes orígenes, pueden hablar y estar en y armonía pues se llaman entre sí "hermanos". Para que pueda erigirse una logia bastan siete masones. Cada logia formalmente constituida, está dirigida por 18 oficiales. La logia se estructura en grados y se requieren al menos tres: Aprendiz, Compañero y Maestro. Los cargos se renuevan por elección cada cuatro años. Cada logia tiene su propio "templo" o local para celebrar las reuniones o "tenidas", por lo general están ubicados en las plantas bajas de los edificios. Son de forma rectangular.

El lenguaje masónico es inaccesible al desconocedor de la secta, así como la simbología, la vestimenta, las ceremonias....etc. La indumentaria en las logias es rica y variada según los ritos y grados. Entre las piezas más significativas se encuentra el mandil o delantal, que alude al trabajo, los collares con remates distintos en función del cargo que ostenta. Prevalecen los colores oro, azul, rojo y blanco. Otros atributos de los masones son el compás, la escuadra, el nivel y la regla.

Podemos decir que la mayoría de los masones almerienses pertenecieron a los sectores primario y terciario. Para ingresar en la masonería, dependía de la posición económica del interesado, para poder afrontar los gastos que suponía la permanencia en esta institución. Los comerciantes, militares y universitarios ocupaban los máximos puestos (venerable maestro, secretario, orador......) La vida interna de estas logias estaba sujeta a un reglamento.

En cuanto a la labor filantrópica destaca la beneficencia, que se traducía en obras o instituciones como asilos, orfelinatos o ayuda a "profanos", como consta en las inundaciones del río Almanzora en septiembre del año 1.888. Donde las lluvias torrenciales asolaron cultivos de hortalizas, patatas y maíz, dejando el valle del Almanzora ya sus gentes en la ruina. La logia "ALMANZORA" Y "ESENCIA, VIDA Y AMOR" pidieron ayuda a otras logias españolas y a los poderes públicos mediante cartas, como consta en el archivo secreto masónico de Salamanca.

La distribución geográfica de las logias no fue homogénea, en la capital había tres células masónicas. El resto de ellas estaban repartidas entre los núcleos más densamente poblados, o donde las comunicaciones no ofrecían serios obstáculos.

Dentro del ritual de iniciación masón, cada miembro adopta un nombre simbólico, el que sea, a excepción de los nombres de Santos. El rechazo a todo lo que significara clericismo era patente ya que la sociedad masónica lo consideraba perturbador y adverso al progreso.

Otro dato curioso de esta enemistad lo tenemos en un caso real que pasó en Almería: El médico D. José Litrán López, murió en el año 1.889, pertenecía a la logia Almeriense "Amor y Ciencia", ante tal hecho, el clero le negó la sepultura en el único cementerio que había entonces en Almería y sus compañeros para no enterrar el cadáver en campo abierto, expuesto a la rapiña de los animales, pidieron ayuda a la Colonia Inglesa Protestante de Almería, que no tuvo inconveniente de enterrarlo en su cementerio. Dando así una lección de hospitalidad y caridad cristiana al clero. Este hecho viene reflejado en su época en la revista Giordano Bruno, en un artículo con el título ¿En qué país y en qué siglo vivimos?

Asciende a 200 el número de condenas oficiales por parte de la Iglesia católica hacia la masonería. El papa León XIII la catalogó como "secta" en su encíclica "HUMANUM GENUS". Hoy en día el juicio negativo de la iglesia sobre la masonería no ha variado, porque sus principios siempre han sido considerados incompatibles con la prohibición de formar parte de ella bajo pena de ser excomulgado.

Desde la perspectiva cristiana, la masonería es una secta y como tal tienen formas equivocadas de creencias en el sentido estricto del término "RELIGIÓN".

Nota curiosa. En 1889 D. Santos Zárate y Martínez, obispo de la diócesis de Almería en esa época, visitó cinco de los siete arciprestazgos de la provincia y destacó la indiferencia religiosa y de sus gentes, como consecuencia del "impío liberalismo" y de la propaganda masónica que prescindía de la moral evangélica.

En cuanto a la presencia femenina, la mujer quedaba relegada sólo para el ámbito del hogar, era una asociación típicamente machista, hasta que en Francia se creó una logia en 1.774 compuesta únicamente por mujeres.

Una época revuelta que tiene su punto de mira en las organizaciones herederas del Antiguo Régimen, como la iglesia, en la que la parte liberal de la sociedad, consideraba, y con mucha razón, el origen de la mayoría de los males que arrastraba nuestro pais.

Esta noticia del diario claramente anticlerical Los Dominicales del Libre Pensamiento, en el que recoge la valiente decisión de R. M. que es heredero de una familia de rancio abolengo que durante siglos ha tenido el privilegio de custodiar el palio que sirve para el entierro de Cristo en las procesiones de Semana Santa, de sacar a la calle todos estos "trastos viejos" como los califica este diario, permaneciendo en ella varios días sin que ningún vecino se atreva a tocarlos.

• PINTO MOLINA, María. La Masonería en Almería a finales del siglo XIX. Universidad de Granada y el IEA. 1990.