Fin de la Dictadura

Inauguración de los pozos a principios de los 60. Colección: Soledad Gea Campoy

Entre la tradición y la modernidad

Afortunadamente, la situación de precariedad, miseria y escasez comenzaría a cambiar en los 60. En el plano escolar, coincidiendo con la nueva Ley de Educación General Básica, la localidad se vería algo más favorecida, disponiendo al fin de suficientes escuelas, docentes y hasta de un Instituto Técnico al que concurrían alumnos de los municipios limítrofes, aunque los anejos todavía seguían sin solucionar su situación.

Para los trabajadores se inauguró también un nuevo ciclo de emigración a Cataluña y, después, fuera de nuestras fronteras: Francia, Alemania y Bélgica. A los que quedaban en la localidad, en su mayoría mujeres, comenzaron a abrírseles nuevas posibilidades de empleo.

Para entonces, Cantoria contaba con sólo 2.378 habitantes con una agricultura y ganadería deficientes, por su escasa producción, a la que se unía la apatía política generalizada. Algo que para el Régimen significaba “ambiente bueno y sin complicaciones”.

Así las cosas, los últimos años de la Dictadura transcurrieron en un ambiente de total falta de expectativas para la comarca, que sólo veía posibilidades de ocio y promoción en las instituciones del Movimiento.

Panorámica de Cantoria desde el cerro Calvario. Colección: Emilia Teruel 

Construcción del alcantarillado a finales de los años 50 entre la calle Romero y el Barrichuelo (calle San José). Colección: Víctor Picazos Ramos

Plaza de la Constitución a finales de los años 60. Colección: Asociación Piedra Yllora