María Luisa Chirveches Gallardo
Por Emilio Padilla Chirveches
Doña Marily
"Digan lo que digan, la memoria colectiva es lo que somos y a los que nos debemos, y sin ella estaríamos siempre perdidos"
María Luisa Chiveches Gallardo, conocida y considerada por generaciones y generaciones de vecinos como Doña Marily, es toda una institución en la docencia de Cantoria. Sus 46 años de experiencia profesional, dedicada casi por entero a los benjamines, estuvieron marcados por los cuatros deberes que sus párvulos aprendían en la escuela en unos tiempos en los que el respeto al maestro era sagrado.
Focalizar la atención para aprender a concentrarse; aprender a gestionar las emociones negativas como el odio, el desprecio y la falta de empatía; La resolución de conflictos por la vía pacífica, alimentando la compasión y el altruismo en los pequeños compañeros de clase fueron, junto a la dedicación y entrega total a su profesión, las pautas constantes que marcaron su actividad docente. El resultado, con cinco años, todos o casi todos, aprendían las reglas básicas de las matemáticas y la gramática española, a respetar para ser respetados, a aprender para ser más libres, algo inconcebible en los tiempos actuales del sistema educativo vigente.
Como una persona "comprometida, generosa, honesta y trabajadora”, así la definen quienes la conocen, y así son los valores que le otorgan sus convecinos de Cantoria, que es como decir todo el pueblo.
Doña Marily nació en Cuenca, en 1931, cinco años antes de estallar nuestra gran guerra. Estudió bachillerato en el Colegio de las monjas Josefinas, junto a sus cuatro hermanas (Concepción, Sor Pilar, Josefina y Alicia). Y fue en la misma capital donde cursó la carrera de Magisterio.
"En mi tierra ejercí mi profesión durante 6 años", hasta contraer matrimonio con,"un hombre maravilloso, Don José Padilla Bernabé" en 5 de enero de 1957 "en el bonito pueblo de Cantoria", recuerda y sigue contándonos, "Todas las plazas de maestros estaban ocupadas, a la excepción de Párvulos (que era la única especialidad de entonces, y para la que había que hacer una segunda oposición en el Rectorado de Granada). Allá fui a los dos meses de casada y así me hice con la plaza que he ejercido durante 40 inolvidables años".
Aunque los seis años anteriores enseñó a mayores, "no solo me adapté a los pequeños, sino que gocé mucho con la enseñanza a los párvulos, a excepción de cinco años, que al estar también especializada en Lengua y Francés, al llegar la EGB tuve que dedicarme a los mayores hasta la especialización en esas materias de algunos maestros más".
Doña Marily también compaginó la docencia con la música. "Yo había estudiado en el Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid, Solfeo, Piano, Armonía, Acompañamiento, Estética e Historia de la Música, por lo que también hubiera podido dedicarme a esa especialidad, sin embargo quise seguir con mis párvulos que tantas satisfacciones me dieron tanto ellos como sus familias".
No faltaron las anécdotas "entrañables" en su amplia y dilatada actividad docente: "Recuerdo a un matrimonio formado por dos antiguos alumnos míos que emigraron a Suiza, y cuando su primera hija cumplió los 5 años la trajeron a Cantoria con sus abuelos para que yo le enseñara lo que ellos habían aprendido conmigo".
Otro matrimonio delegó primero en ella la responsabilidad de hacerle hablar a la menor de sus tres hijas. "Tenia dificultad de lenguaje -recuerda-. La madre quería llevarla a un especialista y el padre le dijo: espera que pase con Doña Marily, y si ella no le hacer hablar bien, entonces la llevaremos al especialista. No fue necesario, la niña aprendió como los demás y hoy tiene estudios superiores".
Sus estudios musicales, políticos y sociales les sirvieron para impartir estas materias durante cinco años en el Instituto de Enseñazas Medias de Cantoria.
Y volviendo de nuevo a la música "fui organista parroquial durante 47 años, y a petición de mis compañeros de Magisterio, un abogado del pueblo y un empleado del Ayuntamiento, todos grandes aficionados al Canto, fundé y dirigí la Coral Mixta Polifónica "Cantar del Río" durante los últimos 18 años de mi vida activa. Durante ese tiempo actuamos en muchísimos pueblos grandes y pequeños de la provincia, para amenizar bodas, fiestas patronales y encuentros de Corales, incluida la capital, y cuya bonita programación era siempre premiada con grandes aplausos".
La creación de esta Coral posibilitó que la mayoría de los componentes, que casi nunca antes habían conocido otros lugares turísticos de obligada visita, "pudieran, en recompensa por su dedicación a la Coral, conocer muchos sitios bellos de España y Portugal". Ver artículo de la Coral Cantar del Río.
Su curriculum profesional y personal le condujo, a petición de las autoridades de entonces del pueblo, a ejercer también de Juez de Paz durante media década. De esa época recuerda su justo sentido de la justicia, heredada de sus ancestros dedicados a la Judicatura, "y esto, unido al respeto y a la consideración de este pueblo, dio lugar a que consiguiera poner fin a desavenencias entre familias que tenían conflicto entre sí".
María Luisa Chirveches Gallardo, "Doña Marily", vive ésta, la última etapa de su vida, "retirada del todo, descansando en casa, lo que mi salud me permite y hasta que Dios quiera tenerme en mi amada Cantoria".
A lo largo de su carrera profesional Doña Marily nos enseñó a todos los que pasamos por su aula que la compasión y el altruismo no necesariamente tienen que ir separados. Es más, forman un combinado perfecto, que nos lo enseña la ciencia tanto como nos lo demostró la experiencia de una mujer, una gran señora con la que logramos aprender a gestionar nuestros emociones, a concentrarnos y comprender lo que hacíamos, a enfrentar conflictos y ser altruistas. Un ejemplo de dedicación y entrega (con los más rezagados se sacrificaba ciertos recreos), a una labor, la suya, sin parangón por estos lares, que bien merece un reconocimiento público en toda regla. No, porque ella lo pida. Si, porque es de justa justicia.
D. Marily con su hija María José. Colección: Familia Padilla Chirveches
Boda de D. Marily con José Padilla en 1957 en Cantoria. Colección: Familia Padilla Chirveches
Doña Marily con sus compañeros en el Colegio Público Urbina Carrera (actual Cerro Castillo). Colección: Padilla Chirveches
Compañeros de D. Marily en 1968 cuando era profesora de música, política y sociedad en el Instituto Valle del Almanzora. Colección: Familia Padilla Chirveches
D. Marily con el delegado de Cultura de la Junta de Andalucía en un encuentro de Corales en el Auditorio Maestro Padilla. Colección: Familia Padilla Chirveches