Emilio Carmona Pedrosa

Sus Comienzos

Emilio, nació en Almanzora en 1995 y es uno de los cocineros más reconocidos del momento en Almería. Desde pequeño ya mostró un gran interés por la gastronomía, a parte de la influencia que tuvo de su madre, y su buena mano en la cocina, siempre recuerda como a los 16 años, viendo un documental sobre el cocinero Quique Dacosta, quedó impresionado y se despertó algo dentro de él que más adelante se convertiría en su pasión.

Tras terminar el instituto en el IES Valle del Almanzora, decidió emprender su camino rumbo a Alicante para adentrarse en el mundo de los fogones. Allí adquirió la formación necesaria para poder cumplir su sueño.

Poco después el destino de aquel niño cobraba sentido iniciando su andadura profesional en el restaurante que uno de sus referentes, Quique Dacosta, tiene en Denia. Una vez finalizada esta experiencia y con su ansia por seguir aprendiendo y evolucionando decidió trasladarse al Puerto de Santa María en Cádiz para colaborar con el equipo de Ángel León, más conocido como el “Chef del Mar” en su restaurante Aponiente.

Habría logrado entonces adquirir unos conocimientos culinarios suficientes como para asumir el reto de aceptar una oferta por parte de Javier Méndez (ex I+D de Aponiente) y poder así demostrar su valía en el arte de la gastronomía, en un nuevo proyecto llamado Mediamanga, en Barcelona. Pasó 4 años en allí aprendiendo y evolucionando mientras trabajaba, a la vez que seguía formándose en el Master en Dirección Hotelera y Empresas de Restauración.

De vuelta...

Otra vez el destino y una pandemia hicieron que tomara la decisión de volver a su tierra, a la que tanto echaba de menos, para ponerse al frente de la cocina del Restaurante La Villa en Agua Amarga, un proyecto que estaba naciendo y que quería contar con él. Desde entonces sigue trabajando con la pasión del primer día y con la emoción de aquel niño que soñaba con ser cocinero, tanto que ha sido reconocido por la famosa Guía Michelin y representado a Almería en varios eventos a nivel nacional.

Hoy en día, desde el Restaurante La Villa, tiene la oportunidad de mostrar todos sus conocimientos, con técnicas vanguardistas y una gran creatividad haciendo que comer sea un placer.

Pregonero Fiestas de la Asución de Almanzora 2024

PREGÓN:

¡Muy buenas noches vecinos y vecinas de Almanzora! ¡Y a todos nuestros amigos y visitantes que año tras año vienen a disfrutar de nuestras magníficas fiestas y el verano en esta hermosa comarca que nos acoge!

Es un verdadero honor para mí estar aquí hoy, frente a todos ustedes, compartiendo este momento tan especial. Quiero comenzar agradeciendo de corazón a las autoridades y a todas las personas que han hecho posible que este pregón se realice. Para mí, tener la oportunidad de estar aquí es algo que siempre ha sido un sueño, y que me llena de orgullo. Desde pequeño, siempre pensé que los pregones eran algo reservado para personas mayores, para aquellos que han logrado grandes cosas. Pero al reflexionar sobre mi propio camino, me doy cuenta de que también tengo derecho a estar aquí, llevando el nombre de mi pueblo y mis raíces muy en alto.

He tenido la suerte de trabajar en diversas etapas y lugares reconocidos, llevándome siempre el orgullo de ser de Almanzora. Creo firmemente que ser de un pueblo como el nuestro nos otorga virtudes que son difíciles de encontrar en otros lugares: la humildad y la capacidad de valorar lo que verdaderamente importa. Esta experiencia de vida es lo que me ha formado como persona y como profesional.

No puedo dejar de mencionar a mi familia, que ha sido mi pilar fundamental. A mis padres, a mi hermano y a toda mi familia: gracias por su apoyo incondicional en cada uno de mis proyectos y aventuras, por estar ahí, aconsejándome y brindándome ese respaldo que tanto necesitaba. 

Recuerdo aquellos domingos en casa, limpiando con mi madre los conejos para el arroz de los domingos o cómo, cuando me aburría, me escapaba a la cocina de mi tía Carmen para ver con qué delicias me podía sorprender. (Mi tía Hace unas patatas fritas que todavía no descubrimos cuál es la fórmula) También atesoro los momentos en que, al llegar la cosecha, recogíamos higos y otros frutos de temporada para hacer mermeladas caseras. Todo ese proceso fue lo que despertó en mí un amor profundo por la cocina.

Con Mis amigos cualquier escusa era pequeña para montar un Sarao… meriendas, fiestas de cumpleaños, las migas ( Madremia…recuerdo la primera vez que hicimos migas…menos mal que vinieron al rescate las madres por que eso parecía cualquier cosa menos migas…) cualquier excusa era buena para reunirnos y hacer algo especial. Pero, sin duda, siempre me tocaba a mí el papel de cocinero, y lo hacía con gusto. Cada comida, cada risa y cada momento compartido fue enseñándome que la cocina no solo es preparar alimentos, sino crear experiencias y recuerdos.

Recuerdo también la etapa de mis padres con el bar Géminis, donde tuve la oportunidad de descubrir mi amor por la restauración y el servicio. Pasé muchas tardes escuchando a los vecinos del pueblo, charlando y aprendiendo de sus consejos. Ese ambiente cercano y familiar me hizo entender que detrás de cada plato hay una historia, una conexión humana que vale la pena cultivar.

A los 20 años, decidí dar un paso valiente y aventurero y me mudé a Barcelona, donde estuve durante cuatro años. En esa gran ciudad, lo único que tenía en mente era trabajar, aprender y adquirir todos los conocimientos posibles para convertirme en un gran profesional. Esa aventura me enseñó la disciplina y la dedicación que se requieren en el mundo de la cocina, y cómo cada esfuerzo vale la pena cuando se hace con pasión.

Hoy, tengo el honor de ser el jefe de cocina en el restaurante La Villa. Este espacio se ha convertido en mi hogar, donde cada día tengo la oportunidad de aplicar todo lo que he aprendido a lo largo de mi carrera. He tenido el privilegio de trabajar en algunos de los restaurantes más reconocidos de España, como los de Quique Dacosta y Ángel León, maestros de la gastronomía. Cada uno de ellos me dejó enseñanzas valiosas que atesoro y que intento plasmar en cada plato que sirvo.

En La Villa, no solo cocino platos; creo experiencias. Me esfuerzo por canalizar todo lo que he aprendido y transformar esos conocimientos en algo que represente mis raíces, la esencia de nuestro pueblo, y que haga sentir a cada comensal un pedacito de nuestra tierra en su mesa. Creo que la comida tiene un poder único para unir a las personas, para crear momentos y recuerdos que perduran en el tiempo.

Así que hoy, en este día de celebración, los invito a todos a seguir disfrutando de nuestras fiestas, a valorar nuestras tradiciones y, sobre todo, a recordar que juntos somos más fuertes. Sigamos compartiendo risas, buenos momentos y la pasión por la buena cocina que nos une.

¡Gracias a todos por estar aquí! ¡Viva Almanzora!

Emilio en la cocina del Restaurante la Villa de Aguamarga

Continua experimentación con ingredientes frescos y de cercanía, para ofrecer una explosión de sabores en una carta valiente e innovadora

En la entrada al restautante la Villa

Galería de Imágenes

En brazos de su hermano Luis

Emilio en unos carnavales del colegio

En la playa

Recién nacido en el hospital con su madre

Con su hermano Luis y sus primos en la playa